Gracias por este espacio para compartir estas experiencias tan dolorosas.
Mi mente me juega malas pasadas porque hay mucho que no recuerdo, es como una nebulosa. Lo que recuerdo muy claro, a diferencia de otras situaciones, es a mi padre acusándome de haber matado a mi madre porque el cáncer que ella padeció era un castigo por ser afeminado.
Mi madre murió y mi padre me golpeó ese mismo día, a horas de haber terminado el funeral mientras me gritaba “puto de mierda!”
Me sentí culpable y me entregué a las soluciones que mi padre propuso. Me sumé activamente a la iglesia y viví una vida totalmente bipolar. Por un lado sostuve un discurso homofóbico y por otro lado mantenía relaciones sexuales con hombres y me vestía con ropa de mujer.
Viajé horas y horas lejos de mi ciudad, sólo para tener encuentros sexuales con hombres. Me sentí vacío. Me sentí mal y comencé a ser violento contra mi padre, mis amistades, mi novia de esos años.
Mi padre me llevó a otra iglesia, una iglesia diferente a la que yo conocía. esta funcionaba en un galpón, con un fuerte discursos de odio contra personas LGBT. Yo sentí la necesidad de avalarme a mi mismo como hombre macho siendo más violento.
me sumé activamente a agredir a personas LGBT y al mismo tiempo comencé una relación con el Pastor. Puertas adentro éramos algo y afuera éramos otra cosa.
Adentro del galpón éramos amantes y afuera agredíamos a personas LGBT. El odio del pastor empezó a golpearme a mi también. Me encontré haciendo cosas inimaginables para seguir a su lado. No era amor, era temor de ser descubierto.
Pero él me dejó, comenzó una relación clandestina con otro hombre, un hombre nuevo en la iglesia. Y se volvió violento contra mí, de una manera muy explicita y pública. Todo el tiempo me desafiaba a demostrar mi hombría.
La clandestinidad me llevó a vivir situaciones horribles, pero yo lo asocié a ser LGBT. Un día me dijeron en la iglesia que yo debía casarme con una mujer y tener hijos. Un día no me dejaron ingresar más, debía volver casado o no podía regresar. Intenté terminar con mi vida, intenté destruir todo, estuve detenido por denuncias penales por estado de ebriedad. El juez me ordenó a ir a AA. En esos grupos comencé a hablar de cosas que nunca antes hablé.
En una reunión me reconocí como una mujer atrapada en un género que me obligaron a sostener. Comencé mi transición. Hoy vivo como siempre lo desee.
